Celebración sustentable para que ¡Viva la Ciudad de México!

10 Septiembre 2022 Calidad del aire 380
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  • Cada que llegan las fiestas patrias, cabe reflexionar sobre qué clase de ciudad construimos día a día, y los impactos ambientales que tienen nuestras acciones como la celebración de nuestra independencia nacional.

  • Las partículas y metales liberados por los fuegos artificiales afectan la calidad del aire, causan males respiratorios y aumentan la gravedad de otros como el Covid-19; también, estresan a la fauna silvestre, a nuestros animales de compañía y a las personas. 

 

Septiembre es un mes bello. Dejamos atrás el calor del verano y comenzamos a vestir a la Ciudad de México de los tres colores que caracterizan nuestra identidad, siendo esta tan diversa como la cantidad de mexicanas y mexicanos. Es momento de las fiestas patrias, de hacer relucir todo aquello que nos une: la comida, la música, los postres, bailes y tradiciones. Es momento, también, de reflexionar sobre qué clase de país construimos todos los días desde nuestras actividades en la ciudad, tanto en la cotidianidad como en los momentos especiales y festejos. 

Fue el festejo del centenario de la independencia, durante el gobierno de Porfirio Díaz, cuando se marcó la pauta para las siguientes conmemoraciones. Desde entonces, las fiestas patrias son grandes, coloridas, llenas de ruido y música. Hoy cabe, quizá, dar un paso atrás para  preguntarnos qué clase de convivencia festiva queremos tener, qué consecuencias ambientales tiene y qué dice de nosotros. 

Desde hace años, por ejemplo, se ha realizado el llamado a no tronar cuetes, petardos y toda clase de fuegos artificiales. Vale la pena revisar las razones por las que se pide esto:

  1. Por la contaminación del aire que produce la pirotecnia. Los cuetes están conformados por materiales que, al mezclarse en el aire, liberan monóxido de carbono (CO) y partículas suspendidas (PM2.5). Las partículas suspendidas y metales causan males respiratorios, al tiempo que aumentan la gravedad de otros, como los provocados por el COVID-19. Por otro lado, el CO puede causar malestar como dolor de cabeza por envenenamiento.

  2. No sólo el aire recibe impactos ambientales de los fuegos artificiales. Si está cerca de un cuerpo de agua, el perclorato de sodio que detona la cohetería daña a microorganismos y a la fauna acuática (y sabemos que el agua es un bien que debemos cuidar a toda costa)

  3. Además, la tierra también sufre grave riesgo, ya que la pirotecnia es una importante causa de incendios forestales. El precio lo pagan los ecosistemas, los animales, plantas, sus hogares, el aire y, de nuevo, nosotros. Tan sólo en los primeros 4 meses del 2021 se reportaron 37 incendios en nuestra ciudad. No podemos ser indiferentes ante la gravedad de este asunto. 

  4. Hablemos de la contaminación auditiva. El oído humano tiene la capacidad de percibir ruidos de hasta 90 decibeles sin sufrir un daño. Sin embargo, cuetes como los morteros llegan a los 145 decibeles, perjudicando la audición con efecto de zumbido, el cual puede disminuir, pero no desaparece del todo: su daño es permanente. Además, las personas que pertenecen al espectro autista sufren especialmente, ya que su percepción auditiva es mucho más aguda.

  5. Los animales perciben diferente que los seres humanos, pues escuchan mucho mejor que nosotros. Por lo tanto, las detonaciones les afectan mucho, causándoles pánico y fuertes dolores. 

  6. Por último, pero no menos importante, la pirotecnia es un ejercicio de alto riesgo. Puede provocar quemaduras e incluso pérdida de miembros como dedos u ojos. De hecho, se recomienda que sólo los expertos manejen la pirotecnia

Si después de leer estas 6 razones para no usar pirotecnia este septiembre aún no te has convencido, has de saber que en la Ciudad de México la actividad está prohibida por la Ley de Cultura Cívica (art. 28, fracción VII). Las multas pueden llegar a valer dos mil 172 pesos a tres mil 127, arresto de 25 a 36 horas o 18 horas de trabajo comunitario. Para evitar  los  efectos nocivos de los fuegos artificiales, y para celebrar las fiestas patrias con plena alegría ambiental, aquí hay algunas  recomendaciones:

  • Usa papel picado: este producto artesanal es ya parte tradicional de las festividades de independencia, por lo que no es raro conocer los diseños que exhiben a la catrina o alegres letras que dicen “¡Viva México!”. Eso sí, procura cuidar tus decoraciones para poder utilizarlas en más de una ocasión.

  • Prefiere las lámparas de papel: esta forma de decoración ilumina de manera colorida, por lo que ayuda a crear un ambiente alegre y artesanal. Además, puedes guardarlas y usar en muchas ocasiones distintas. 

  • Artesanías, alebrijes, figuras de barro: ¿Qué mejor momento para hacer un despliegue de las figurillas que coleccionan las familias que la celebración de la mexicanidad? No subestimes el impacto que los objetos pequeños pueden tener en un espacio. 

  • Tejidos típicos: manteles, caminos (qué es pasos?) de mesas y tapices con tejidos de las comunidades originarias, le añaden color y variedad al espacio en el que estés. 

  • Juguetes o instrumentos musicales artesanales.

Además de esto, no hay que olvidar que la música, los bailes y la comida son los puntos centrales de las fiestas. No necesitas tronar cuetes para alegrar la fiesta pues sus consecuencias negativas son cada vez más evidentes. Hay muchas maneras de expresar nuestra alegría y festejar con las personas que queremos. 

Mejor cuando estás con tu familia canta a todo pulmón canciones que los hagan sentir unidos. ¡Viva México! ¡Viva la naturaleza! ¡Viva la ciudadanía responsable que cuida el ambiente de la ciudad!

 

Referencias

 

 

Despégate el chicle para ayudar al ambiente

05 Septiembre 2022 Calidad del aire 3048
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Es de los dulces preferidos por niños/as, jóvenes y adultos/as probablemente por su variedad de sabores y colores, porque mejora la concentración, alivia la tensión, refresca el aliento, nos mantiene alerta e incluso, ayuda a las personas fumadoras a reducir sus ganas de fumar. ¿Ya sabes de qué golosina se trata? Sí, el chicle. Es tan popular en México, que somos el segundo país consumidor de esta golosina en el mundo. Incluso, es común escuchar parte de sus características en algunas expresiones populares del país: “a ver si es chicle y pega”, para situaciones en las que no sabes con certeza lo que va a pasar o “pareces chicle”, cuando no te quieres separar de alguien. Pero es también una herencia maya, ¿lo sabías?, fueron ellos quienes nombraron “sicté yaʹ” a la resina extraída del árbol chicozapote (Manikara zapota), que significa masticar con la boca, con ella se producía industrialmente hasta hace un siglo, el chicle. Este árbol crece en los bosques tropicales de la península de Yucatán, en Guatemala y Belice, aunque ya ha sido introducido en otros países del mundo. Si viene a tu mente la pregunta ¿Entonces los mayas ya masticaban chicles? Bueno no, ellos más bien usaban este látex en ceremonias religiosas, para limpiar la dentadura y principalmente para quitarse la sed. Pero actualmente la mayoría de los chicles que compramos para disfrutar de su sabor, se producen a partir de acetato de polivinilo, un polímero sintético. De hecho, el término correcto de llamar a este dulce sería goma de mascar, pero a las y los mexicanos se nos quedó la costumbre de decirle chicle. Aunque temo decirte que no todo alrededor de los chicles tiene un sabor agradable, ya que mientras refrescan y relajan a quienes los consumen, dejan un mal sabor de boca en el ambiente, en las aves de la ciudad, en la salud e incluso en la economía cuando no son desechados correctamente. Por ejemplo, ¿qué es lo primero que te viene a la mente cuando piensas en los problemas que pueden traer estas golosinas? Seguro las veces que has estado en la molesta situación de separar el chicle de la suela de tu zapato, pero dejame decirte que esta es una de las consecuencias menos graves. Quizás te estés preguntando, ¿de qué otras maneras perjudican estos dulces pegados en las calles? Para empezar, afectan a la fauna de la ciudad, principalmente a las aves, ya que tienden a picarlos al confundirlos con alimento y se les pega en el pico, lo que les provoca asfixia. Además, algunos chicles contienen xilitol, un edulcorante que puede llegar a ser tóxico para los animales de compañía que lleguen a ingerirlas, ocasionandoles incluso la muerte en el peor de los casos. Encima, como ya mencione, otro componente importante de la goma de mascar es el acetato de polivinilo, éste provoca los mismos problemas ambientales que el resto de los plásticos, ya que tarda en degradarse ¡hasta 5 años!, contaminando el agua, suelo y aire durante ese tiempo. ¿Te imaginas?, no se compara con el poco tiempo que los masticamos. Asimismo, al igual que los polímeros sintéticos, son derivados del petróleo, esto los hace contribuyentes a la sobreexplotación de este recurso natural no renovable. Sin olvidar mencionar que los chicles tirados en las calles son un foco de infección porque llegan a albergar ¡hasta 10 mil bacterias y hongos!. También dañan la imagen de la Ciudad de México y forman parte importante de los residuos que terminan obstruyendo las alcantarillas, lo que causa inundaciones y costos importantes al destapar y reparar los sistemas de drenaje. Ya que estamos hablando de costos, dejame contarte que los gastos que implican limpiar exclusivamente estos dulces excede ¡hasta 5 veces el costo original del chicle! Pero, ¿qué crees?, los problemas no terminan ahí. El personal de limpieza es otro de los sectores que resulta afectado porque son quienes tienen la tarea desagradable de quitar los chicles pegados en la ciudad, lo cual les puede tomar bastante tiempo y esfuerzo, te aseguro que mucho más del que nosotros gastaremos al tirarlos correctamente. Por ejemplo, a todos nos ha tocado ver a trabajadores y trabajadoras de limpia del metro, quienes generalmente son personas adultas mayores, removiendo con espátulas los chicles que miles de personas, diariamente, pegan en las instalaciones de este sistema de transporte. Después de leer todo esto, no me dejaras mentir cuando digo que los chicles traen consigo graves problemas ambientales, riesgos a la salud y costos extras en su limpieza, de ahí la importancia de no tirarlos al suelo ni pegarlos en el arbolado e infraestructura y mobiliaria urbana. En lugar de eso, hay que depositarlos junto con los residuos inorgánicos no reciclables, ya que por sus componentes no pueden reciclarse, pero si se mezclan con los desechos que sí pueden tener una segunda vida, terminan contaminándolos e impidiendo su aprovechamiento. Por eso, para que todas y todos vivamos en una ciudad más limpia y de Basura Cero, tira tus chicles en el cesto naranja, ¡no se los pegues al ambiente!

Un aleteo de equilibrio , un aleteo de esperanza

18 Julio 2022 Calidad del aire 249
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 Un aleteo de equilibrio, un aleteo de esperanza

 

¿Acaso has escuchado hablar sobre “el efecto mariposa”? Bueno, pues de acuerdo con el matemático y meteorólogo Edward Lorenz esto se refiere a la teoría del caos donde, se cree, es posible que el aleteo de una mariposa en Sri-Lanka pueda provocar un huracán en Colombia, por ejemplo. ¿Impresionante, no?

 

Aunque ese no es el tema central de este texto, sí tiene una relación, pero no tan literal como lo mencioné en el primer párrafo. En realidad, vengo a hablarte de mi especie y de cómo la falta de conocimiento, atención y cuidado de nosotras y otros seres vivos, puede resultar en un desastre ecológico.

 

Yo soy una mariposa que proviene de la familia Papilionidae, soy nativa de Norteamérica (especialmente habito desde Columbia Británica, en Canadá, hasta Centroamérica), mi nombre científico es Papilio multicaudata que puede traducirse a mariposa (papilio o papalotl, en náhuatl) de muchas colas (multicaudata del latín), aunque en México y Centroamérica me conocen como la mariposa Cometa Xochiquetzal. Ambos nombres tienen que ver con mi aspecto físico, pues mi colita parece de golondrina.

 

¿Cómo puedes ubicarme? La verdad es que soy de tamaño grande, al menos como del tamaño de la palma de tu mano, lo que me posiciona como la mariposa de mi género de mayor tamaño en Norteamérica; mis alas son amarillas atigradas con rayas negras, pero justo en la punta inferior de mis alas tengo unas pequeñas colitas y manchitas azules con naranja, lo que me ayuda a protegerme de algunos depredadores porque las suelen confundir con ojos.

 

Nosotras, las mariposas Cometa, somos de los pequeños grupos de insectos que cumplimos con las 4 etapas de la metamorfosis: huevo, oruga o larva, pupa (capullo o crisálida) y adulto (imago). Este ciclo se repite en cuanto nos apareamos y tenemos nuestros huevecillos. Seguramente los has visto―bueno, no necesariamente los míos, pero sí los de mi familia― en las hojas de algunas plantas, quienes funcionan como nuestras hospederas. 

 

Llegado el momento, los huevos se rompen, las larvas nacen y se alimentan de las hojas, luego las cosen con su seda, las convierten en refugio para pasar el invierno y, en primavera, es cuando se convierten en adultos alados y hermosos. Por eso es que volamos en primavera y verano, ya que las otras estaciones son de preparación y reposo.

 

Normalmente habitamos cerca de arroyos y valles húmedos, pero también solemos aventurarnos por cañones o ciudades en elevaciones bajas. Esto es porque procuramos estar cerca de donde podemos conseguir nuestro alimento, al mismo tiempo que gozamos de un hogar seguro. Aquí es donde me dirijo específicamente a ti y a los de tu especie: la humana.

 

¿Recuerdas lo que había mencionado del caos y un posible desastre ecológico? Actualmente 1, los insectos polinizadores estamos enfrentando una crisis, sí, las mariposas somos polinizadoras, ¿lo sabías? . Y la crisis a la que nos vemos sometidas se debe a la disminución de nuestra población, lo que ocasiona un desequilibrio ecosistémico, incluso económico (lo que tampoco las beneficia a ustedes, las personas), ya que nosotros (como grupo) desempeñamos un papel importante en la producción mundial de alimentos dado que ayudamos al 35% de su producción mundial2, y si ésta disminuye, la economía basada en su venta, también.

 

¿Cuál es el origen de este desequilibrio? La falta de hogar y alimento para mi especie y otros polinizadores, o sea, la falta de jardines, huertos y espacios verdes en ciudades como la nuestra, la Ciudad de México, pues en condiciones como estas no es fácil encontrar alimento o refugio. La situación empeora cuando nos enfrentamos con el uso de insecticidas en los cultivos o en las producciones agrícolas, incluso en los hogares, cuando intentan ahuyentar a otro tipo de insectos, pues esas sustancias químicas también nos afectan a nosotras y a otros polinizadores.

 

Tú puedes ayudarnos a sobrellevar esta crisis, es muy fácil, puedes construir un jardín o un huertito en casa donde me pueda refugiar y alimentar, te recomiendo que revises la Guía para la creación de jardines polinizadores o la Guía rápida para huertos urbanos familiares. Ya que si quieres una asesoría de acompañamiento, te invito a unirte a la Comunidad de Mujeres Polinizadoras o revisar la página de Educación Ambiental CDMX donde se dan a conocer talleres en relación con los polinizadores.

 

Al unirnos, humanos y especies polinizadoras, podemos hacer que cuando se escuche hablar del efecto mariposa se tenga una concepción distinta, donde no figure la teoría del caos, sino que sean aleteos de vida y esperanza.

 

 Sánchez-Bayo, F. y Wyckhuys, K. (2019) Worldwide decline of the entomofauna: a review of its drivers. Biological Conservation, 232, 8–27.

2 Klein, A., Vaissière, B. et al. (2007). Importance of pollinators in changing landscapes for world crops.

Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, 274(1608), 303-313.

El Bosque de Chapultepec, te espera

11 Julio 2022 Calidad del aire 1066
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Cierra los ojos y piensa en el Bosque de Chapultepec, ¿qué imágenes se te vienen a la mente? Desde un picnic con nuestra familia o amigos, una cita romántica en sus jardines o una visita improvisada al Zoológico el domingo, incluso comer un chicharrón preparado a la orilla del Lago Mayor; más allá de considerarlo como un espacio verde y de recreación, sabemos que resguarda historia, biodiversidad, vivencias, risas, sueños y un patrimonio biocultural invaluable.

Chapultepec cuenta con más 800 hectáreas de superficie, es un bosque urbano y uno de los complejos culturales más grandes del mundo; pero también es un espacio para hacer consciencia de la necesidad de justicia social entre los seres humanos y cómo interactuamos con la naturaleza.

El Bosque de Chapultepec tiene una historia que se remonta a 5 millones de años atrás. Parece difícil de creer, ¿no? Imagina haber vivido durante la época prehispánica, los enfrentamientos territoriales de nuestros antepasados, ver gobernar a grandes tlatoanis como Nezahualcóyotl y Moctezuma o ser parte de las grandes obras y construcciones bajo su mandato. Más tarde vivir la época colonial, las invasiones y guerras, la construcción de un monumental castillo, único en toda Latinoamérica. Ser espectador de la construcción de monumentos y edificaciones que nos recordarán durante cientos de años nuestra herencia cultural. Suena asombroso ¿verdad?, pues nuestro Bosque ha visto suceder todos estos hechos históricos y muchos otros más.

El Bosque de Chapultepec es un espacio de constante cambio, modificación y restauración, no obstante, sigue en pie, rehusandose a desaparecer a pesar de la presión de la urbanización en sus alrededores. El Bosque de Chapultepec fue, es y seguirá siendo un alma y un pulmón verde para la Ciudad de México, pues nos brinda múltiples servicios ambientales como: la limpieza del aire, amortiguación del ruido, regulación de la temperatura, recarga de los mantos acuíferos, refugio de aves migratorias y albergue de fauna nativa. Es el área verde urbana más importante de la República Mexicana, un espacio mágico, histórico, lleno de belleza, y por supuesto, de una inconmensurable importancia cultural ¡Asombroso!, ¿no?

Es por esto que, hoy más que nunca, debemos reiterar nuestro compromiso y responsabilidad con el mantenimiento y protección del Bosque con acciones que le permitan perdurar por mucho tiempo. Actualmente, con el Proyecto Chapultepec, Naturaleza y Cultura se apuesta por la cultura como una herramienta de transformación y de desarrollo de las comunidades como parte de un binomio entre naturaleza y arte que está logrando cambios positivos y favorecedores para todas y todos.

Las principales acciones que componen el proyecto se enfocan en restauración ecológica de jardines y parques, creación de espacios culturales y ecológicos, restauración arquitectónica de centros históricos, rehabilitación de pabellones, islas verdes, huertos y espacios de educación ambiental, construcción de infraestructura de conectividad; y la rehabilitación ambiental de: espacios públicos fuentes y avenidas principales para la mejora de movilidad dentro de las zonas que comprende el Bosque de Chapultepec en la Ciudad de México.

Entre algunas metas que se han alcanzado con el Proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura dentro del Bosque de Chapultepec son:

Una infraestructura que fusiona la naturaleza y el arte, que sea accesible a través de calzadas, puentes y senderos que en vez de separarnos, nos unan. Cuenta con hermosos jardínes, lagos, árboles, animales y fuentes. Por cierto, ¿ya conoces la Fuente de las Ranas? Tiene un Parque de Cultura Urbana (PARCUR) donde se pueden practicar de manera segura skateboarding y parkour, así como funciones de teatro al aire libre, entre otras actividades. Posee el Complejo Cultural de los Pinos. Visítalo y pasa un agradable momento con tu familia.

Te invitamos a festejar estos logros y a que conozcas el histórico y cultural Bosque de Chapultepec con nuevos ojos. Ven a disfrutar y sigue creando experiencias, recuerdos o vivencias con todo lo asombroso que el Bosque tiene para darte. No olvides hacer parte de tu recorrido las actividades que el Bosque te ofrece, como sus 9 increíbles museos, más de 100 fuentes y monumentos, lanchas para remar en los lagos, áreas infantiles y gozar de las zonas para convivir con la naturaleza.

¡Vistámonos de gala por nuestro Bosque! Juntas y juntos podemos protegerlo y cuidarlo a través del respeto por el ecosistema y la riqueza biocultural que nos brinda. ¡Chapultepec te espera!

¿Qué onda con el calor de la Ciudad de México?

05 Julio 2022 Calidad del aire 824
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¿Has salido de tu casa estos últimos días a visitar el Zócalo o Bellas Artes? Caminar por la Alameda Central o realizar nuestro recorrido habitual en la Ciudad de México se ha convertido en una misión casi imposible debido a la ola de calor por la que atravesamos últimamente.

La mala noticia es que todavía tendremos más días calurosos en todo el país donde alcanzaremos, ¡hasta los 45°C! Pero, ¿qué es una ola de calor y qué tiene que ver con la temperatura de estos días?

Una ola de calor es una condición atmosférica donde, durante varios días, la temperatura supera la máxima promedio de entre 25 y 26°C y normalmente está acompañada por una humedad excesiva; podríamos pensar que ésta ayudaría a disipar la sensación de calor, pero es todo lo contrario, ¡solo la aumenta!

¿Y ésto por qué sucede? Durante el verano, cuando la temperatura alcanza su nivel más alto o extremo en un determinado lugar del mundo, se genera una masa de aire caliente que se mueve fuera de la zona de origen y de un continente a otro por acción del viento. Cuando ésta se cruza con otra masa de temperatura diferente, se produce una ola de calor debido al intercambio continuo de aire caliente y frío, lo cual hace que durante días se mantengan temperaturas muy elevadas.

Este fenómeno no solo provoca que nos sintamos fatigados, sino que tiene muchas consecuencias negativas tanto para nuestra salud como para nuestro planeta. 

Empecemos hablando sobre los efectos directos que tiene sobre nosotros; puede que debido al calor tan agobiante suframos de insolación, desmayos, golpes de calor, deshidratación, enfermedades diarreicas agudas y enfermedades en la piel. 

Por eso, es importante evitar asolearse entre las 11am y 4pm, vestir ropa suelta de colores claros y manga larga, evitar las actividades físicas bajo el sol, tomar agua aunque no tengas sed, comer alimentos frescos, utilizar protector solar, lentes de sol, gorra o sombrero, evitar el consumo de bebidas alcohólicas y permanecer en la sombra o lugares frescos.

Si nos ponemos a reflexionar un poco, nosotros al menos podemos protegernos de esta onda de calor tomando las precauciones que te compartimos arriba, pero ¿qué pasa con nuestro planeta y otros seres vivos con los que compartimos la Tierra? ¿Será posible ponerle un filtro solar, un sombrero o mantenerlo fresco? Tristemente no. 

Hasta aquí sabemos por qué hace tanto calor en la Ciudad de México, reflexionemos: ¿Estas olas de calor siempre han ocurrido igual y con la frecuencia con la que se presentan ahora? La realidad es que no, ya que el calentamiento global y sus efectos actúan como un catalizador e intensificador de este tipo de fenómenos. 

Ahora, sumemos que durante años nos enfocamos en construir una ciudad gris donde se cambió la cobertura vegetal natural por asfalto. Es por esto que, en algunas alcaldías, podemos sentir “islas de calor urbanas” (presencia de aire más caliente en ciertas zonas de ciudad, a diferencia del que se encuentra en las zonas rurales que lo rodean) que son aún más intensas que la propia ola, excepto en aquellas alcaldías que cuentan con zonas verdes como Chapultepec en Miguel Hidalgo, el Parque Ecológico de Xochimilco o el Bosque de Tlalpan. Este tipo de parques y bosques, además de ser pulmones verdes de la Ciudad de México, son reguladores de la temperatura; por lo que si los visitas, inmediatamente notarás el cambio, te sentirás más cómodo y podrás olvidarte del calor sofocante.

Parece que el problema es gigantesco y que nosotros no podemos hacer algo significante al respecto, pero te tenemos buenas noticias…¡Claro que podemos revertirlo!, y se empieza por pequeñas, pero importantes acciones que podemos realizar desde nuestro hogar:

 

La Ciudad de México y yo VS. La ola de calor y el calentamiento global

  • Uno de los servicios ambientales que nos ofrecen las Áreas Naturales Protegidas de nuestra ciudad, es regular la temperatura, si quieres pasar un día fresco, te invitamos a visitarlas y ser responsable con tus residuos durante tu recorrido.

  • Separemos los residuos y participemos en programas de reciclaje como el Mercado del Trueque. Al realizar esta sencilla acción, ayudas a que tus residuos sean reciclados con más facilidad, a evitar la demanda de materia prima y con ello disminuir la contaminación en la ciudad.

  • Dispongamos de nuestros aparatos eléctricos, electrónicos y pilas de manera responsable en programas como el Reciclatrón. Estos residuos necesitan de un manejo especial ya que son altamente contaminantes si se disponen de manera incorrecta, al entrar en contacto con el calor o el agua pueden liberar sustancias nocivas.

  • Podemos aprender a recolectar el agua pluvial con programas como Cosecha de Agua de lluvia y usarla para nuestras actividades en casa, con esto, disminuimos la demanda de agua y la sobreexplotación de los mantos acuíferos.

  • Conéctate con la naturaleza, vista los humedales y canales de Xochimilco. Estos ecosistemas son reguladores de la temperatura. Entérate cómo puedes ayudar a protegerlos ¡Échale un vistazo al siguiente vídeo

  • Traigamos de vuelta la naturaleza a la ciudad. Cultivemos en nuestra casa o colonia un jardín para los polinizadores y empecemos un huerto urbano. Estos espacios reducen el impacto de las islas de calor. Consulta la guía para crear tu propio jardín polinizador.

  • Recordemos tomar precauciones al salir de casa:

      

 

  • Evita asolearte entre las 11am y 4pm

  • Viste ropa suelta de colores claros y manga larga

  • Evita las actividades físicas bajo el sol

  • Mantente hidratado (a)

  • Come alimentos frescos como frutas y verduras

  • Utiliza protector solar, lentes de sol, gorra o sombrero

  • Evita el consumo de bebidas alcohólicas

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