La otra mitad del mundo

02 Marzo 2021 Beneficios ambientales 467
La otra mitad del mundo SEDEMA
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Celebremos el día del campo, pero ¿qué tan conscientes estamos de los beneficios ambientales que nos aporta? El 7 de marzo se conmemora internacionalmente el  como una forma de resaltar y reconocer la trascendencia del agro y de las actividades agrícolas en los aspectos económico, social y ambiental. 

Imagina que por alguna circunstancia, un día dejan de llegar a la Ciudad de México todos los productos agrícolas cuyo origen está en el campo, de pronto no más granos, hongos, verduras, frutas, carnes o lácteos; ni siquiera una flor o un poco de miel. Muy pronto se agotaría todo lo que se comercializa en la central de abastos, mercados y tiendas de autoservicio. Es tan importante como sector productivo que básicamente no tendríamos alimentos frescos y los procesados eventualmente tampoco. 

Adicional a los alimentos de todos los días, también y sin darnos cuenta, recibimos un sinnúmero de beneficios desde el campo que son esenciales para nuestra vida. Considera, por ejemplo, el sonido de la avispa, el vuelo de una mariposa, el canto de las aves; otros ejemplos te podrán parecer más importantes, como el agua que ocupamos y bebemos todos los días, así como el oxígeno que en este momento estás respirando; incluso la temperatura ambiental y el clima que disfrutamos. Como podrás darte cuenta, se trata de servicios ambientales que son elementales para nuestra vida y que tienen su origen en el campo. 

A pesar de la enorme importancia de estos servicios, no son algo que solamos tener presente en general o incluso que valoremos; por ejemplo, ver una mariposa o escuchar el sonido de las aves podrá ser bello y relajante para algunas personas, pero fundamentalmente se trata de dos animales que cumplen con la importante labor de ser polinizadores, ambos indispensables para la generación de varios de los alimentos que consumimos a diario. 

Hemos dado por hecho que esos beneficios ahí están, no nos preguntamos de dónde vienen y, por ende, somos poco observadores de los pequeños, pero importantes cambios que nos alertan sobre la salud del campo y del medio ambiente en general. Te hago una pregunta, ¿hace cuanto no ves a una abeja? ¿Sabes qué en muchos lugares del mundo se reporta una importante disminución de la cantidad de estos insectos polinizadores? Los problemas del campo tienen su origen en consecuencia de prácticas extensivas, monocultivos, contaminación, cambio climático, uso de pesticidas, ruido, cambio del uso del suelo, y también, de modificaciones genéticas en plantas que repelen e intoxican a los insectos, aunque existen otros factores.

Por otra parte, es necesario mencionar al sector social dentro del campo. Si bien es cierto que la base física de muchos beneficios ambientales está en la naturaleza, no debe obviarse ni olvidarse la participación de quienes trabajan y construyen tanto su sustento como el nuestro al realizar actividades agrícolas. Se trata de mujeres y hombres que trabajan la tierra, son la experiencia de muchas generaciones pasadas y también las adecuación al cambio tecnológico; es la paciencia de criar un animal y de ver crecer un cultivo; personas generosas porque tienen la capacidad de generar alimento; aunque muchas veces no obtengan un pago justo, condiciones dignas de trabajo, ni el reconocimiento social y material por su tarea. 

Estos productores son, por supuesto, la fuerza de trabajo que hace brotar del suelo vida y plántulas que terminarán dando algún fruto, hoja, grano o flor para alimentarnos. Se trata de familias que viven y son parte de la población rural, les llamamos campesinos, jornaleros y productores agrícolas, a veces en sus propias parcelas y  ranchos, otras, en granjas y empresas agropecuarias. Seres humanos que con su trabajo generan nuestro sustento diario de vida. En nuestra Ciudad de México al menos el 60% del territorio es considerado como suelo de conservación, es el campo de la ciudad en donde parte importante está dedicado a la agricultura y otras actividades agrícolas. 
 
Por todo lo anterior, cuidar al campo de la ciudad de México y a las familias que hacen producción agrícola, es cuidar la vida, nuestra ciudad, el sustento y en sí, la existencia. Campo y productor son la base de nuestra alimentación, de muchos servicios ambientales y al mismo tiempo de algo muy valioso e íntimo, de nuestra certeza de lo cotidiano: de contar con pan, tortillas, queso, carne; de tener agua, aire y un clima maravilloso. Esa tranquilidad de contar con las cosas que damos por seguro.

Te invitamos a apoyar al campo de la ciudad de México y la mejor manera de hacerlo, es conocerlo. Come, bebe, disfruta de lo que el campo nos brinda, pero también y cuando sea ocasión, acércate, conoce y reconoce a quien lo trabaja; si te es posible, compra directamente al productor para que su ganancia sea mayor. El campo y su gente nos complementan; conócelo, elige, disfruta y cuida la otra mitad del mundo. 

 
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