El costo ambiental de la moda rápida

11 Diciembre 2023 Contaminación 2841
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"No hay belleza en la tela más fina si hace hambre e infelicidad"

Mahatma Gandhi



  • La fast fashion o moda rápida contribuye con el 10% de las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial, el principal gas de efecto invernadero que causa el calentamiento global y el cambio climático.

  • Tan solo en un año se usan 93 mil millones de metros cúbicos de agua en la producción textil.

  • De toda la ropa fabricada en un solo año en todo el mundo, el 73% termina incinerada o en basureros; traducción: mucha contaminación de tierra y aire2.


En las próximas fechas, qué ganas dan de estrenar una chamarra linda, un suéter, en general; ropa abrigadora, también unos zapatos para estar en casa, otros para salir a la calle, para el trabajo, otros para ir a la posada y todas las fiestas navideñas y de fin de año. A decir verdad, esto ocurre así cada invierno y cada primavera, porque no vamos a usar ropa abrigadora en primavera, mucho menos en verano, ah… y en otoño, también hay que cambiar de ropa. Pero también cada cumpleaños, cada festejo y bueno, siempre hay alguna razón  para comprar ropa, que si el descuento, que si ya cambió la tendencia de moda, pero este posible genuino deseo por comprar y comprar más y más ropa tiene un costo ambiental tremendo no evidente. Prepárate para conocer la realidad detrás de estar a la moda.


Hace 30 años la industria de la moda se desarrollaba alrededor de dos grandes temporadas: primavera-verano y otoño-invierno, hoy en día existen 50 micro-temporadas anuales. Por supuesto, mucha ropa no es adecuada para toda ocasión, las fibras de invierno suelen ser más cálidas que las del verano, pues la industria del vestido nos ofrece placer, comodidad y la libertad para toda ocasión; incluso nos da la oportunidad de expresarnos a través de nuestra vestimenta, pero si nuestra dinámica  de consumo en ropa consiste en lo rápido de usar y de tirar, el mensaje que expresamos no refleja para nada un compromiso ambiental. 


La industria textil ha conseguido fabricar moda a muy bajo costo con materiales baratos como el poliéster, el nylon y el algodón. Pero lo que implica un ahorro para su bolsillo en términos de inversión, significa un aumento en el costo ambiental de producir esa ropa, ya que el uso de este tipo de materiales ha convertido a la moda en la segunda industria más contaminante después de la industria energética, contribuyendo con el 10% de las emisiones a nivel global del principal gas de efecto invernadero que causa el calentamiento global y el cambio climático, el dióxido de carbono CO2, el equivalente a lo que libera la Unión Europea por sí sola.


Al año se emplean alrededor de 98 millones de toneladas de recursos no renovables en la industria del vestido. Lo más triste es que hay prendas que se usan a lo más 7 o 10 veces y después, ¡se tiran!, o sea que todos esos agujeros hechos a la naturaleza debido a la extracción de materiales para fabricar ropa, se cubren rápidamente con basura textil. Imagínate, de toda la ropa fabricada en un solo año en todo el mundo, el 73% termina incinerada o en basureros; traducción: mucha contaminación de tierra y aire. 


Ésto es solo la punta del iceberg, pues para cumplir con los plazos que la moda rápida o fast fashion ha impuesto, la producción de las prendas se realiza en países que tienen condiciones laborales precarias, donde no se respetan los derechos humanos de las y los trabajadores que suelen trabajar de 14 a 16 horas diarias,.


Por si no fuera suficiente, la industria textil es una gran fuente contaminante del elemento que sostiene la vida, el agua. Tan solo en un año se usan 93 mil millones de metros cúbicos de agua en la producción textil; por ejemplo, para una camiseta de algodón se ocupan 2500 litros de agua. Además, lavar la ropa desemboca en un aproximado de 500 mil toneladas de microplásticos al año en los océanos!, y vaya que con los microplásticos ya tenemos muchos problemas. 


Entonces, tener mucha ropa en el armario implicó miles de millones de recursos naturales y contaminación; comprar ropa con bastante frecuencia fomenta que se mantenga el mismo modelo de producción rápida de ropa (fast fashion) basado en la economía lineal de extraer, producir, usar poco tiempo y desechar, con toda la contaminación que eso conlleva; y además, lavar toda la ropa que tenemos aporta a uno de los mayores problemas de contaminación que hoy en día enfrenta el mundo, la contaminación por plásticos. Qué escenario tan abrumador, ¿no te parece?


En algunos países comenzaron a posicionar el concepto de la Moda Sostenible, en la que se toma en cuenta tanto los aspectos medioambientales como socioeconómicos de la fabricación, distribución, comercialización y uso de ropa, calzado y accesorios. Además, busca garantizar la perdurabilidad y atemporalidad de las prendas.


En cuanto a los derechos laborales, en la moda sostenible se promueve la mano de obra nacional y valores de igualdad e inclusión. Desde la perspectiva ambiental, el objetivo debe ser reducir al mínimo cualquier efecto indeseable del ciclo de vida del producto mediante: 


  1. el aseguramiento del uso eficiente y cuidadoso de los recursos como: agua, energía, tierra, suelo, biodiversidad, ecosistemas, etc.; 

  2. seleccionar fuentes de energía renovables como: eólica, solar, etc., en cada etapa, 

  3. y maximizar la reparación, remanufacturación, reutilización y reciclado del producto y sus componentes.


En Estados Unidos, se ha propuesto una ley que responsabilice a los fabricantes y minoristas de moda por los desechos que producen y aborda el coste social y ambiental causado por la industria de la moda. Esta propuesta fue nombrada Ley de la Moda (Fashion Act), y se presentó por legisladores del Estado de Nueva York5.


La firma española Ecoalf representa un ejemplo de moda sostenible que recicla los plásticos que diariamente se vierten a los océanos por la industria textil.


Otro ejemplo, de iniciativas que surgieron para enfrentar la contaminación por textiles ocurrió en Francia en el año 2020. Es el primer país en introducir una política que exige que todas las lavadoras domésticas nuevas tengan filtros para atrapar partículas microplásticas para 20255.


En Canadá, la organización Fashion Takes Action, sin fines de lucro, recomienda ampliar el modelo tradicional de las 3R y llevarlas hasta 7R: reducir, rentar, resignificar, reparar, reusar, revender y reciclar.


Por supuesto, hay acciones que como consumidores podemos emprender para combatir la problemática ambiental causada por la fast fashion. Aquí te dejamos algunas acciones que puedes implementar en tu vida:

  • Evita comprar marcas de ropa fast fashion.

  • Organiza con tu familia y amistades una especie de bazar en el que intercambien sus prendas.

  • Evita tirar ropa en buen estado.

  • Revisa tu armario y elige la ropa que ya no uses que pueda ser donada, ¡seguro todavía hay prendas que puedan servirle a alguien más!

  • Busca emprendimientos u organizaciones locales que recolectan ropa.

  • Adquiere prendas de segunda mano.

  • Extiende la vida útil de tus prendas ¿tienes un suéter que ya no usas porque se descosió? ¡Aprende a repararlo!  

  • Renueva las prendas


Deja de preocuparte por el suéter, la blusa, el pantalón o los zapatos de moda, mejor elige disminuir tu consumo para reducir al máximo el costo ambiental de estar a la moda.


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