Las festividades de Día de Muertos y Día de Todos los Santos son las segundas en generar mayor cantidad de residuos, superadas sólo por las fiestas decembrinas.
Los desechos se generan a partir de la decoración de tumbas y los envases de plástico utilizados para la comida y bebida.
Para celebrar de manera sustentable, puedes comprar cempasúchil en maceta, crear tus propias decoraciones con materiales reciclados y consumir la comida responsablemente.
El 2 de noviembre se abre un portal entre el mundo de los vivos y los muertos, y en México lo conmemoramos como el Día de Muertos. La celebración, cuyo origen se remonta a los tiempos previos a la conquista, pervive en el sincretismo característico de los mexicanos. Es por ello una buena ocasión para reflexionar sobre la vida y la muerte, de todos los seres vivos o el entorno del que somos parte, la naturaleza.
Este año, ¿cómo respetaremos la muerte? ¿Cómo podemos mostrarle afecto a los muertos? Las respuestas a estas preguntas serán variadas, pero, si quieren ser completas, requieren algo en común: cuidar la vida.
Las festividades de Día de Muertos y Día de Todos los Santos son las segundas en generar mayor cantidad de residuos, superadas sólo por las fiestas decembrinas. Los desechos se generan a partir de la decoración de tumbas y los envases de plástico utilizados para la comida y bebida. Para preservar y repartir la vida, es necesario que adoptemos costumbres más sustentables, que generen menos basura y menos contaminación y que ayuden a cuidar o reaprovechar lo que ya tenemos. Por esto, para celebrar un Día de Muertos consciente y respetuoso con la muerte, aquí hay algunos tips:
Es recomendable, por ejemplo, comprar cempasúchil en maceta para cuidarla todo el año y no sólo en octubre. El cempasúchil es la flor característica de esta tradicional celebración. Se dice que, por su color, los mexicas consideraban que guiaba el camino de los difuntos hacia el más allá; actualmente, se utiliza como decoración en los altares de muertos. Con una mentalidad sustentable que nos guía a no consumir y desechar los seres vivos y recursos que tenemos a mano, la forma en la que tratamos a esta flor sería un poco diferente, cuando se retiren las decoraciones, no hay que tratar a los pétalos rotos como basura.
El año pasado, el Gobierno de la Ciudad, a través de la Secretaría de Cultura, instaló un centro de acopio de flor de cempasúchil en la Fábrica de Artes y Oficios del Faro de Tláhuac para usarlas en la producción de colorantes y plaguicidas naturales, así como para sanear suelos y en la elaboración de remedios de medicina herbolaria. Te invitamos a mantenerte atenta y atento a los centros de acopio que puedan abrirse este año.
Otro uso que se le puede dar es para hacer composta, para colorear los alimentos de las aves y hacerlos más atractivos , por último, para elaborar cervezas artesanales, tés o pulque. Además, el cempasúchil tiene beneficios medicinales y puede mejorar la digestión o la tos.
Con respecto a los disfraces y las pinturas que se pueden utilizar para representar catrinas, es importante que revisemos los componentes de los mismos. Según datos de la organización Greenpeace, cerca de 7 millones de disfraces son desechados al año, y el 69% de sus componentes son derivados del plástico. El maquillaje y la diamantina pueden contener microplásticos que no sólo contaminan, sino que también dañan nuestra salud, para evitarlo, simplemente revisa qué clase de productos consumes y de qué están hechos.
Una actividad maravillosa que se puede hacer en grupo y aumentar el espíritu festivo es realizar las decoraciones de altares, tumbas y espacios de celebración con materiales de reúso. Botes de comida, papel usado y envolturas pueden cobrar una nueva vida con ayuda de pinceles, pintura y pegamento. ¡Da rienda suelta a tu creatividad y personaliza tus propios adornos!
Por último, es importante cuidar la comida, tanto aquella que ofrecemos a los difuntos como a los vivos, pues se estima que en nuestra ciudad se desperdician diariamente 13 mil toneladas de alimentos y esta cifra puede aumentar en temporada de ofrendas, situación que queremos evitar. Procura que los empaques que uses o compres sean sustentables, no plásticos de un solo uso, sino cartón o papeles que puedes reciclar y reutilizar. No generes mayores residuos con utensilios desechables, ya que estos contaminan el planeta y descuidan la vida que tanto estamos celebrando. Sustituye el unicel por envases de barro, que son mucho más bonitos y tradicionales. Si dejas comida en un altar de muertos, puedes consumirla después de la celebración. El pan, por ejemplo, se puede moler y añadir al ponche de fruta para darle una consistencia más espesa.
Estas son sólo algunas ideas de cómo puedes celebrar el Día de Muertos de manera sustentable. Sin embargo, lo más importante es que adoptes el propósito de cuidar la vida para respetar la muerte, ya que eso impactará en todas tus decisiones y en la forma en que conmemoras a los difuntos.
¿Cuáles son los síntomas comunes que luego se presentan en enfermedades? Mareos, dolores de cabeza, escalofríos, vómitos, fiebre, comezón, sarpullido, son algunos indicios de que algo no anda bien con nosotros, ¿te imaginas cuál podría ser un síntoma de enfermedad que padece nuestra ciudad y cuáles podrían ser sus causas?
Es muy probable que en algún momento de tu vida, caminando por las calles, te hayas topado con lugares bellísimos, con una arquitectura maravillosa o con árboles preciosos donde se escucha el canto de las aves y se respira aire fresco, pero es muy seguro que también te hayas topado con montañas de residuos que las personas dejan en las calles, sitios donde ratas, cucarachas, moscas y otra fauna nociva encuentra alimento y hogar que, además de verse muy mal, se caracterizan por un aroma terrible. ¿Recuerdas algún lugar así?
Esos son los tiraderos clandestinos y son uno de los síntomas de una sociedad consumista. El cuadro de enfermedad es el siguiente: compras innecesarias, productos con muchos empaques o con una vida útil muy corta y una dosis de irresponsabilidad por personas que deciden abandonar en las calles bolsas con residuos domésticos, a veces en pequeñas cantidades, pero que se suman con otros que alguien más decide colocar ahí mismo; incluso perjudican la salud de la ciudad bultos con cascajo y otros residuos de la construcción. ¿El resultado? Un enorme, desagradable e insalubre tiradero clandestino con residuos que, al mezclarse, se convierten en basura.
Debes saber que abandonar residuos en vía pública es ilegal, pues la Ley de Residuos Sólidos prohíbe abandonar residuos en vía pública, áreas comunes, parques o barrancas y al no cumplir la ley, siempre hay sanciones
Los tiraderos clandestinos también son un reflejo de la educación y la cultura de quienes habitamos esta ciudad. “Dime qué consumes y desechas, y te diré quien eres”, así como el dicho popular nos advierte “eres lo que comes” en dónde la comida es un reflejo de la persona que somos; de la misma forma nuestros residuos reflejan nuestro consumo y la relación que tenemos con el mundo.
Si lo piensas un poco más, las envolturas y empaques en tus residuos quedan como evidencia del alimento chatarra que consumes, de los plásticos y artículos desechables que apenas usaste y que tardarán 400 años o más en degradarse e incluso, de aquellos alimentos que no te acabaste y desperdiciaste. Entonces, en la medida en que nuestro consumo se incrementa, también nuestra generación de residuos; sobre todo cuando elegimos productos industrializados o “alimentos empacados para llevar”.
De la misma forma, mezclar tus residuos en el mismo bote y abandonarlos en vía pública, refleja no sólo nuestro consumo, también qué tan conscientes somos del valor de nuestras acciones ante la emergencia ambiental y climática que vivimos en el planeta.
Durante los últimos cinco años y derivado del trabajo que realizan los servicios de recolección de residuos en las alcaldías, así cómo de las denuncias que la misma ciudadanía presenta; se nota una disminución de tiraderos clandestinos. Durante 2020 hubo reducción de tiraderos en alcaldías como Álvaro Obregón, Cuajimalpa de Morelos, Iztacalco, Tláhuac, Tlalpan y Venustiano Carranza; no obstante otras alcaldías reportaron incremento como son Azcapotzalco, Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero (SEDEMA, 2021).
El área responsable del control, supervisión, verificación, vigilancia y aplicación de sanciones, previstas en la normatividad vigente en materia ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad, es la Dirección General de Inspección y Vigilancia Ambiental (DGIVA). Uno de los mecanismos más efectivos que tiene esta dirección es la Denuncia Ambiental. Este recurso permite atender y combatir todo acto que atente contra el medio ambiente en la Ciudad de México, mediante la evaluación jurídica e inspección de lo denunciado y su sanción o clausura.
Haz tu parte, separa tus residuos y haz la entrega directa a los servicios de recolección. También puedes participar como ciudadana/o y presentar denuncias ambientales e influir con ello en el manejo que se hace de los residuos por tus vecinos, comercios y mercados aledaños, incluso los servicios que proporcionan las alcaldías, para que se hagan de manera correcta a continuación te decimos cómo:
Forma personal: presentar formato de Denuncia Ambiental en Oficialía de Partes ubicado en Tlaxcoaque 8, Centro Histórico, Cuauhtémoc, en planta baja del edificio Juana de Arco. Horario: lunes a viernes de 9:00 a 13:30 horas.
Reduce, reutiliza, recicla, compra productos sin tantos empaques y verás cómo disminuyen tus residuos domésticos. Pero sobre todo, deposita tus residuos en el lugar correcto, responsabilízate de ellos y no los abandones, verás cómo cambia la vista al no tener tiraderos en las calles. Haz tu parte. Por la salud del ambiente, la de tu familia, vecinos, amigos y de todo el Ecosistema Chilango de nuestra querida Ciudad de México.
2021.- SEDEMA. Inventario de Residuos Sólidos de la Ciudad de México 2020.
Consulta en: https://www.sedema.cdmx.gob.mx/storage/app/media/
DGCPCA/IRS%202020%20integrado.pdf
Son las 8 de la noche y Laura le pone el listón a su regalo. Marco corre a la papelería para comprar un peluche y los materiales faltantes para el presente de Tere. Sonia guarda en su mochila las bolsitas de dulces que hizo para sus amigas. Al mismo tiempo, el señor Raúl alista su puesto de dulces porque mañana será una venta importante. ¿Ya sabes qué fecha es? Así es, ¡San Valentín!
Llegó el día donde el amor está en el aire. De pronto podemos escuchar el canto de los pájaros tan suave, armonioso; el viento huele a algodón de azúcar, bombones o chocolates. Si miras a tu alrededor, verás que las tonalidades rosáceas y rojizas inundan nuestra ciudad; las flores dejaron de estar en los huertos o jardines para formar parte de hermosos ramos de todos tamaños; podrás ver en cada esquina vendedores de grandes esferas flotantes impregnadas con letras amorosas.
A lo largo del 14 de febrero las reservaciones para restaurantes se agotan, las florerías no se dan abasto, a cada paso que uno da encuentra parejas y grupos de amigos que salen para celebrar este día. Pareciera que ir en coche no ha sido una buena idea por las filas larguísimas o los claxons que resuenan con la esperanza de llegar más rápido a su destino. Al caer la noche comienzan los recuentos de las anécdotas que sucedieron en este día: risas, besos, lágrimas…¡amor y amistad!
Pero hay algo que no hemos pensado ni un instante a lo largo del texto, ¿qué estragos encontraremos al día siguiente? Las bolsas que ayer contenían obsequios y ahora yacen en el suelo están encaminadas a tapar coladeras. Los globos que se vendían como pan caliente, están en basureros o han partido al cielo, incluso hacia lagos y ríos para esperar 450 años a degradarse. La brillantina de algunas cartas ahora es parte del aire que respiramos. Las flores que ayer resplandecían, hoy comienzan a marchitarse. La envoltura del obsequio que le entregó Marco a Tere pertenece a las 13,149 toneladas de residuos sólidos que se generan a diario en la Ciudad de México1, pero aún falta sumar la de todas y todos los que recibieron o entregaron obsequios.
Por ello, la política en materia de residuos del Gobierno de nuestra ciudad está encaminada hacia la prevención y minimización de los mismos, ¿con qué objetivo? Fomentar en la ciudadanía un enfoque de economía circular para que extendamos la vida de algunos materiales y permitamos que la tierra descanse, respire y se regenere. Una acción de amor de nosotros para con ella, así como cuando te sentías mal y tu mamá te procuraba con consomés, tés, mantas calientes, reposo y, ¡mucho amor!
Es hora de ponernos manos a la obra y comenzar a cambiar nuestro hábitos, sobre todo en fechas de festejos masivos como lo es el 14 de febrero, ¿cómo? ¡Muy fácil! Sigue los siguientes consejos para celebrar un amor sustentable:
Si quieres envolver el regalo para guardar cierto suspenso, te recomendamos reutilizar papel o que tu envoltura sea también una carta, ¡garantizado que la conservan!
¡Regala vida! No cortes flores, mejor obsequia plantas o flores en maceta, incluso semillas, así el amor crecerá y dará frutos.
Las veladas en casa también son una opción, evitas tráfico y tienes tu “reservación” segura, sin costo extra. Echa a volar tu creatividad.
Si quieres preparar la cena, procura que sean productos de tu región. Recuerda, economía circular.
“La intención es lo que cuenta”, así que si haces las cosas con amor y piensas en las consecuencias ambientales que podrían tener, ¡estás entendiendo todo!
Porque si queremos o amamos a alguien, le damos lo mejor Agradezcamos a la naturaleza por el amor que nos ha brindado y devolvamos el gesto. Nos ha cuidado toda la vida, es momento de cuidarla nosotros.
1- nventario de residuos sólidos de la Ciudad de México. 2019.
¿Cuáles son los mejores regalos?
Cuenta la leyenda y la tradición que unos Reyes Magos de oriente llevaron oro, incienso y mirra como homenaje a un niño nacido en Belén. Esos obsequios representan los deseos de unión, salud, abundancia y espiritualidad para el recién nacido y su familia.
Como seguro sabes, esta tradición de “Reyes” en que se dan presentes a los niños, continúa hasta nuestros días; aunque evidentemente en un formato muy distinto y en muchos casos, de manera extremadamente consumista. La lista de regalos está encabezada por juguetes, mochilas o ropa basada en la moda, en personajes de series, programas o películas animadas. También por drones o cualquier tipo de juguete a control remoto, consolas para videojuegos, tabletas y teléfonos inteligentes, así como tarjetas con saldo para distintas aplicaciones digitales. Algunos estudios al respecto nos muestran que la publicidad a la que están expuestos los y las niñas, así como los intereses comerciales de los corporativos, marcan de manera determinante la elección del obsequio en cada temporada.
¿Cuántos juguetes necesita una niña o niño? Para contestar esta pregunta te invitamos a echar un vistazo al cajón de los juguetes de tus hijos o hijas, o de tus sobrinos o sobrinas y contestar, honestamente con cuántos juegan. Te darás cuenta que hay dos o tres preferidos y otros pocos que de vez en cuando se usan. Sin embargo, la mayor parte están abandonados, polvosos y olvidados. La psicología afirma que lo que la niña y el niño necesitan en realidad, sólo es sentirse apreciados y atendidos para despertar su imaginación y jugar. Es probable que terminen jugando con la caja y no con el juguete.
La mayoría de los juguetes rotos, incompletos, viejos o simplemente en desuso, terminarán en basureros y rellenos sanitarios durante cientos de años. Además, los juguetes desechados se reciclan muy poco. Hoy en día el 90% de ellos está hecho de diferentes plásticos, con mucha pintura, algo de metal y, en algunos casos, circuitos electrónicos. Los plásticos que se utilizan contienen mezclas especiales para dar el color deseado, también llevan sustancias retardantes para evitar el fuego y, sin embargo, el diseño cada vez es más frágil. Debido a la alta mezcla de plásticos y aditivos, resulta muy difícil la clasificación y hay poca o ninguna empresa que haga reciclaje de este tipo de materiales.
Cada vez son menos frecuentes los juguetes de trapo y de madera como carritos, cubos o, piezas encajables. Por otra parte en los juguetes más populares, los accidentes que safan el brazo a la muñeca, sumen el ojo, el botón o rompen la tapa, resultan difíciles de evitar; quizá porque el verdadero objetivo de esa fragilidad, sea la obsolescencia y promover el pronto reemplazo por uno nuevo.
Como te das cuenta, los regalos de Reyes Magos también conllevan importantes implicaciones ambientales. Si pensamos en la extracción de la materia prima con la que son fabricados y su producción, se requiere un enorme gasto de agua e incluso se emite dióxido de carbono que contamina la atmósfera y favorece al cambio climático, que se incrementa aún más por el traslado en buques y contenedores de los juguetes importados. Por otra parte, la generación de residuos también es relevante, ya que el empaque original (con alto contenido de unicel), más el envoltorio de regalo, se convertirán inmediatamente en basura, junto con todas las pilas y baterías eléctricas que ocupará el juguete. No es de balde que esta celebración se considere como uno de los días de mayor generación de residuos a lo largo del año y en toda la temporada se incremente de un 15 a un 20% el volumen total de residuos en la Ciudad de México a partir del desecho de envolturas, envases y empaques.
Pero, cuando obsequias algo, ¿qué es lo que verdaderamente quieres regalar? Tu intención seguro es regalar amor o alegría, pero lo que das se relaciona con el consumo, derroche de recursos, generación de gases y residuos. Como alternativa para el mejor regalo, puedes dar la posibilidad de tener un futuro con un mundo menos contaminado y más sustentable a partir de educar con el ejemplo hoy.
Por todo lo anterior, te recomendamos:
Propiciar el intercambio con amigos o donación de juguetes en buen estado.
¿Y a tí qué otra opción se te ocurre? Procuremos ser menos reyes y más magos. Enseñemos la magia de la imaginación, de reducir, de reusar y transformar, de ser creativo y compartir. Regala a tus hijas e hijos que es posible jugar y ser responsable con el ambiente.
Todo lo que te rodea es naturaleza, no te miento. Y por más raro que suene, debes saber que para producir cualquier cosa, ya sea la ropa que traes puesta, la silla donde estás sentada (o) mientras lees esto, la computadora o celular desde donde encontraste esta publicación, las paredes que te rodean, la ventana desde donde entra la luz a tu habitación, fue necesario extraer de la naturaleza recursos como metales y minerales, combustibles fósiles, materiales de construcción, árboles, fibras y otros recursos que fueron procesados hasta tener todas las características que los hacen funcionar para satisfacer nuestras necesidades.
A nivel mundial, las personas consumimos alrededor de 100 mil millones de toneladas de esos materiales en un sólo año1. Cada vez que se extrae de la naturaleza estos recursos, se utiliza una gran cantidad de agua y energía; agua que deja de estar disponible para consumo de los seres vivos y energía que se convierte en emisiones de gases contaminantes.
Los materiales fabricados con base en estos recursos son modificados para hacerlos duraderos y que no se desintegran fácilmente. El problema es que cuando no son aprovechados adecuadamente, al final de su vida útil se convierten en desechos que a la naturaleza le cuesta mucho trabajo digerir para incorporarlos a su ciclo natural.
Cada persona en el mundo usamos en promedio más de 13 toneladas de materiales en un año1, a través de los bienes y servicios que adquirimos. Aunque el consumo siempre es mayor para los habitantes de países desarrollados, en contraste con los países en desarrollo, como México, entre todos estamos usando al año los recursos que a la Tierra le toma 1,5 años producir. Es decir, cada año, la naturaleza no puede recuperar la mitad de lo que le quitamos.
Consumir y desechar es un mal hábito que hemos practicado por siglos. Esto ha generado que en el mundo existan ya 5 grandes islas de basura en los océanos, cuyo principal componente son los plásticos de un solo uso, esos utensilios plásticos que nos venden como “desechables” y que son diseñados para usarse una sola vez antes de irse a la basura.
¿Has notado cuántos desechables usas y tiras a la basura a diario? En nuestra ciudad generamos alrededor de 13 mil toneladas de residuos al día, de los cuales 1 de cada 3 de los residuos generados son plásticos de un solo uso que, por lo general, tardarán más de 100 años en degradarse y que, durante ese mismo tiempo, contaminarán nuestro ambiente día a día1. Además, en su lentísimo proceso de desintegración emiten gases de efecto invernadero que calientan la atmósfera, colaborando con ello al cambio climático el cual trae graves consecuencias como eventos meteorológicos extremos, hambrunas, extinción de especies y la amenaza de que desaparezcan ecosistemas como arrecifes de coral, selvas tropicales o ríos2.
Otra consecuencia de que hayan tantos residuos plásticos en el mundo y en nuestra ciudad es que en una de sus fases del proceso de degradación, se transforman en microplásticos que, por su tamaño, pueden ser inhalados cuando se volatilizan; también son consumidos por fauna silvestre y por los humanos a través de nuestros alimentos. De hecho, se estima que las personas comemos lo equivalente en plástico que contiene una tarjeta de crédito en una semana3 y aunque no se conocen aún las consecuencias de ingerir estos materiales, seguro no es saludable consumir plásticos pues son derivados del petróleo.
Las cifras de consumo son muy altas. Por todos lados somos bombardeados una y otra vez por anuncios que nos seducen a comprar productos que prometen un sinfín de beneficios y aseguran facilitarnos la vida de cualquier forma. Parece inevitable dejar de comprar todo aquello que nos ofrece comodidades y satisfacción, pero, ¿qué de todo lo que consumimos realmente necesitamos?
Al consumir lo innecesario aportamos a esta sobre explotación de materiales. Consumir por consumir, por vivir cómodamente sin mirar de dónde viene todo aquello que usamos y desechamos está dañando nuestro ambiente. Para reducir el impacto deberíamos bajar drásticamente el uso de combustibles fósiles y sustituirlos por energías renovables, así como disminuir el consumo de agua.
Cada vez que salgas de compras pregúntate “¿realmente lo necesito?”. Da preferencia a los artículos cuya vida útil es más larga para que puedas sacarle provecho a tu inversión. Genera el cambio, deja de consumir lo que no necesitas, ¡piénsalo! Si lo hacemos todos, el deterioro ambiental y sus efectos disminuirían en gran medida. Recuerda que lo que consumes y desechas es naturaleza.
1 The Guardian Journal. World’s consumption of materials hits record 100bn tonnes a year.
www.theguardian.com/environment/2020/jan/22/worlds-consumption-of-materials-hits-record-
100bn-tonnes-a-year?CMP=Share_AndroidApp_WhatsApp Fecha de consulta 9 de octubre, 2020.
2 La humanidad agota hoy los recursos que la Tierra produce en todo un año
www.lavanguardia.com/natural/20170802/43270260867/humanidad-agota-recursos-un-ano-tierra.html
3 WWF. Consumimos el equivalente a una tarjeta de crédito cada semana. 2019.
www.wwf.es/informate/actualidad/?50940/Consumimos-el-equivalente-a-
una-tarjeta-de-credito-cada-semana Fecha de consulta 9 de octubre, 2020.