¡Cuidado! Que no te consuma el consumismo

10 Noviembre 2023 Consumo responsable 227
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¡Cuidado! Que no te consuma el consumismo

 

  • Cada habitante del planeta, como tú y yo, usamos en promedio más de 13 toneladas de materiales en un año1, a través de todos los productos que compramos y que nos prometen un sinfín de beneficios y aseguran que nos van a facilitar la vida de cualquier forma.
  • Desde el 2020, en la Ciudad de México se ha modificado la legislación en torno a uno de los materiales que más estragos ha causado a nivel mundial en el medio ambiente, por el exceso en su consumo y desecho y por su capacidad de contaminar: los plásticos desechables.

 

En la tele, en la radio, en la calle, en redes sociales e internet, por todos lados estamos siendo bombardeados una y otra vez por anuncios que nos seducen a comprar productos que prometen un sinfín de beneficios y aseguran que nos van a facilitar la vida de cualquier forma. Parece inevitable dejar de comprar todo aquello que nos ofrece comodidades y satisfacción, pero, ¿qué de todo lo que consumimos realmente necesitamos? ¿Qué tan sostenible es nuestra forma de consumir y de satisfacer nuestras necesidades?

 

Para la producción de todo  lo que usamos a diario: celulares, transporte, energía eléctrica, ropa, comida … ¡todo!, se requiere la extracción de los mal llamados “recursos naturales”. La población mundial actual consume 100 mil millones de toneladas de estos materiales en un año. Principalmente se extraen combustibles fósiles, metales, materiales de la construcción y árboles; todos ellos usados para la construcción de casas, edificios o ciudades como la nuestra. Además se utiliza una gran cantidad de agua y energía tanto en la extracción de materiales, como en la fabricación de todo tipo de bienes y servicios.

 

El resultado de nuestro consumo excesivo ya es visible, eventos meteorológicos extremos, hambrunas, extinción de especies y la amenaza de que desaparezcan ecosistemas como arrecifes de coral, selvas tropicales o ríos. La humanidad consume estos materiales más velozmente que lo que tarda la naturaleza en producirlos; se talan bosques más rápidamente de lo que vuelven a crecer, pesca en los océanos tan aceleradamente que a la vida marina le cuesta regenerarse, además de que emite más dióxido de carbono de lo que la biósfera puede absorber

 

La organización Circle Economy, ha estimado que cada habitante del planeta, como tú y yo, usamos en promedio más de 13 toneladas de materiales en un año1, a través de los bienes y servicios que adquirimos. Aunque el consumo siempre es mayor para los habitantes de países desarrollados, en contraste con los países en desarrollo, como México, entre todos estamos usando al año los recursos que a la Tierra le toma 1,5 años en producir.

 

De todos los materiales extraídos, sólo un tercio de ellos continúan en uso después de un año, sobre todo en construcciones y vehículos; otra tercera parte se convierte en contaminación, pues son tirados en el ambiente, como el plástico en vías fluviales y océanos o son emitidos en forma de gases de efecto invernadero1.

 

Al consumir lo innecesario estamos aportando a esta sobre explotación de materiales, consumir por consumir, por vivir cómodamente sin mirar de dónde viene todo aquello que usamos y desechamos. Para reducir el impacto deberíamos bajar drásticamente el uso de combustibles fósiles y sustituirlos por energías renovables, así como disminuir el consumo de agua.

 

Desde el 2020, en la Ciudad de México se ha modificado la legislación en torno a uno de los materiales que más estragos ha causado a nivel mundial en el medio ambiente, por el exceso en su consumo y desecho y por su capacidad de contaminar: los plásticos desechables. Por ello, en enero del 2020 se prohibió el uso de bolsas plásticas y en el 2021 se unieron a la prohibición vasos y sus tapas, platos, charolas, cubiertos, globos y sus varillas, aplicadores de tampones, bastoncillos para hisopos, mezcladores, popotes y cápsulas de café, todos ellos fabricados total o parcialmente de plástico, exceptuando los compostables y los que por su aplicación médica o de seguridad sean necesarios. 

 

Ahora, cada vez que salgas de compras pregúntate “¿realmente lo necesito?”. Da preferencia a los artículos cuya vida útil es más larga para que puedas sacarle provecho a tu inversión. Genera el cambio, deja de consumir lo que no necesitas, ¡piénsalo!, si lo hacemos todos, el deterioro ambiental y sus efectos disminuirían en gran medida. ¡Sé el cambio! No dejes que el consumismo te consuma.

Descomponer la obsolescencia y reparar nuestra conciencia

06 Noviembre 2023 Consumo responsable 28
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¿Recuerdas cuando las televisiones, consolas de sonido, licuadoras, hornos y en general cualquier aparato eléctrico o electrónico duraban décadas en nuestra casa? No, no es un cuento de abuelos, simplemente las cosas se fabricaban para que duraran mucho tiempo y en caso de una descompostura, existía la forma de repararla. Ahora ya no es así.

Vivimos con cierta sospecha o incertidumbre sobre el tiempo que realmente nos durará un electrónico. En cuanto comienzan las primeras fallas nos preguntamos ¿cuándo dejará de funcionar la computadora? o ¿cuántas caídas más soportará el teléfono celular?, ¿nos alcanzará la garantía que nos ofrece el fabricante?, ¿tendré que hacer el gasto para reemplazarlo? Estas preguntas sobre la vida útil de un objeto, desafortunadamente aplican para cientos de productos distintos, en general, para aparatos eléctricos y electrónicos, muebles, accesorios, ropa, lentes, zapatos, autos e incluso programas de cómputo.

Reparar es un concepto que se ha ido perdiendo poco a poco en nuestra vida cotidiana; los talleres de reparación resultan escasos y no se fomenta el rescatar o alargar la vida de nuestros bienes. Cuando algún aparato eléctrico o electrónico se descompone, nos parece natural y asumimos sustituirlo comprando uno nuevo, simplemente no consideramos repararlo porque suponemos que tendrá un alto costo, casi al mismo precio de algo nuevo o incluso en oferta lo compramos más barato. No obstante, vale la pena ponderar y recapacitar en el daño ambiental que evitamos cuando reparamos o reutilizamos, ya que para volver a producir un electrónico nuevo implica daño al ambiente por los contaminantes generados durante la extracción de materias primas, fabricación y distribución de "lo nuevo", cuestión que al reparar no es necesario. Debemos considerar que al convertir nuestro electrónico descompuesto en basura y desecharlo, implica también un manejo especial profesional para que pueda ser aprovechado de forma sostenible.

La obsolescencia programada es la estrategia que han utilizado los productores de muchos tipos de bienes de consumo, para que el tiempo de vida útil que los ocupamos sea corta y al descomponerse tengamos la necesidad de comprar uno nuevo y reemplazarlo; así ellos como fabricantes nunca dejan de vender. Esta es la lógica de una economía lineal dónde sólo interesa producir y extraer materias primas de forma interminable para producir bienes que terminarán, al cabo de poco tiempo, convirtiéndose en basura.

La basura electrónica también conocida RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos) y en inglés como e-waste, se ha incrementado en la misma proporción que nuestro consumo y desecho de aparatos (González, M.Eugenia, 2012); es la respuesta de la sobreproducción tecnológica, al abaratamiento de aparatos y a la obsolescencia programada presente en los equipos que adquirimos.

De acuerdo con el Inventario de generación de residuos electrónicos en México a escala nacional, y estatal para Jalisco, Baja California y Ciudad de México, en el año 2016 se generaron alrededor de 4.2 millones de toneladas de residuos eléctricos y electrónicos en América Latina y El Caribe. En ese año, México generó un total de 998 mil toneladas de estos residuos, posicionándose como el segundo país en la región con mayor generación de e-waste (Semarnat, 2017). En la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), conforme al “Diagnóstico de la Generación de Residuos Electrónicos en la ZMVM” (INE, 2010), la cantidad de desechos electrónicos oscila entre las 70 mil y 90 mil toneladas, de acuerdo con lo proyectado en el total nacional.

Cuando los RAEE no se desechan de manera adecuada, sus destinos suelen ser coladeras, ríos o rellenos improvisados en áreas verdes como barrancas. En ocasiones también, son desensamblados y sometidos al fuego con procedimientos nada sustentables, para extraer y vender los metales u otros materiales con valor en el mercado. Por supuesto, esto genera altos niveles de contaminación que se dispersan a través de partículas diminutas en agua, suelos e incluso aire; así como afectaciones en la salud de los seres vivos (Baldé, Wang, Kuehr y Huisman, 2015). Recordemos que los aparatos eléctricos y electrónicos están compuestos de cientos de sustancias como metales pesados, plásticos con resinas retardantes al calor y sustancias que en incineraciones improvisadas desprenden contaminantes orgánicos persistentes (cop) que son compuestos altamente tóxicos al ambiente.

Reciclar los residuos electrónicos en programas como el Reciclatrón y/o empresas autorizadas, son buenas opciones para evitar este tipo de contaminación y recuperar parte de los materiales valorizables que los componen, sin embargo, es necesario que existan cambios más profundos en nuestro modelo económico para facilitarle al consumidor la reparación, al mismo tiempo que se transita a ejercer hábitos distintos y más responsables de consumo; porque así podemos sumarnos a la mitigación de la emergencia climática que vivimos de manera global.

En países como Francia y España, comienzan a cambiar las cosas, recientemente cada aparato eléctrico o electrónico que sale a la venta tiene una etiqueta en su envoltura que indica qué tan reparable es en escala del uno al diez, así el consumidor puede elegir entre opciones que son altamente reparables y cuyas refacciones estarían disponibles en caso de requerirse; o por el lado opuesto, artículos que no son reparables y que quizá pronto se conviertan en un residuo. Acercar información al consumidor para hacerlo más consciente sobre sus opciones y un consumo más sostenible (La Moncloa, 2021) es un gran ejemplo de responsabilidad extendida.

En México, cada vez toma más fuerza la necesidad de impulsar una economía circular en donde los valores de rechazar, reparar, reusar están presentes. La economía circular se basa en tres principios: (1) Eliminar los residuos y la contaminación, (2) Circular los productos y materiales, (3) Regenerar la naturaleza. Considera para ello, la transición hacia el uso de energías y materiales renovables (Fundación Ellen Macarthur, 2022).

En este año, el Congreso de la Ciudad de México aprobó la Ley de Economía Circular, su objetivo es propiciar una transición hacía un sistema circular y sustentable, incentivar y promover hábitos de producción y consumo responsable a través del reúso, restauración, remanufactura y reciclaje (SEDEMA, 2023); adicionalmente, la Norma ambiental para la Ciudad de México sobre residuos eléctricos y electrónicos: NADF-019-AMBT-2018 en vigencia desde 2020, establece la obligación para que las empresas cierren el ciclo de la producción responsabilizándose del manejo de los residuos y de su incorporación al ciclo de la producción.

 

Tú como ciudadana/o puedes comenzar reflexionando tus hábitos de consumo e informarte para realizar acciones más conscientes. Asiste al Reciclatrón para disponer adecuadamente de los residuos eléctricos o electrónicos. También puedes acercarte a la Red planteles educativos del Programa Pilares, con su oferta educativa del taller de electrónica, generas un oficio y habilidades muy importantes para ayudar al medio ambiente al aprender a reparar aparatos electrónicos. Otra opción es  que cuando ocurra una Jornada Ambiental cerca de tu localidad, no dudes en acudir al Reparatrón,  que la SEDEMA, PROSOC y organizaciones civiles organizan en Unidades Habitacionales y te ofrecen la posibilidad de reparar tus aparatos eléctricos y electrónicos descompuestos. ¡Entérate de la próxima por nuestras redes sociales! ¡Participa!

 

 

Bibliografía consultada:

La Moncloa, (2021). Consumo etiquetará los productos eléctricos y electrónicos en

función de su reparabilidad. Gobierno de España. Consultado el 12 de junio de 2023 en:

https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/consumo/Paginas/2021/150321-etiqueta_reparabilidad.aspx

Fundación Ellen Macarthur. (S/F). Introducción a la economía circular.

Consultado el 12 de junio de 2023 en:

 https://ellenmacarthurfoundation.org/es/temas/presentacion-economia-circular/vision-general

SEDEMA - CMDX, (2023). Transición

a la Economía Circular.

Consultado el 11 de junio de 2023 en:

http://www.sadsma.cdmx.gob.mx:9000/circular/#:~:text=Qu%C3%A9%20es%20la%20econo

m%C3%ADa%20circular&text=La%20econom%C3%ADa%20circular%20es%20una,y%20valor%20en%20todo%20momento.

SEDEMA- CDMX, (2020). Publica Sedema Norma Ambiental sobre residuos eléctricos y electrónicos.

Consultado el 12 de junio de 2023 en:

https://www.sedema.cdmx.gob.mx/comunicacion/nota/publica-sedema-n

orma-ambiental-sobre-residuos-electricos-y-electronicos

Pérez, J., Reding, J., Tass, B., Morales, E., Carbonell, R. (2018). La e-waste en México: otro problema para el medio ambiente del país.

Revista Reci, Universidad Autónoma del Carmen. Recuperado en: https://www.reci.org.mx/index.php/reci/article/view/82/376

Instituto Nacional de Ecología (2007). Diagnóstico sobre la generación de residuos electrónicos en México.

Instituto Politécnico Nacional, Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo. México, D. F.

 

Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (2017). Inventario de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en México. Escala nacional y estatal para Jalisco, Baja California, y Ciudad de México. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo,

Celebración sustentable para que ¡Viva la Ciudad de México!

11 Septiembre 2023 Contaminación 173
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  • Cada que llegan las fiestas patrias, cabe reflexionar sobre qué clase de ciudad construimos día a día y los impactos ambientales que tienen nuestras acciones como la celebración de nuestra independencia nacional.

  • Arma tu noche mexicana, hazla ambientalmente responsable con comida, música y tradiciones llenas de color, sabor y cultura. Hay muchas maneras de expresar nuestra alegría y festejar con las personas que queremos, sin dañar al ambiente.



Septiembre es un mes muy bello. Dejamos atrás el calor del verano y comenzamos a vestir a la Ciudad de México de los tres colores que caracterizan nuestra identidad, siendo esta tan diversa como la cantidad de mexicanas y mexicanos. Es momento de las fiestas patrias, de hacer relucir todo aquello que nos une: la comida, la música, los postres, bailes, ferias, festivales y un sinfín de tradiciones. Por supuesto las celebraciones vienen acompañadas de coloridos adornos y envoltorios, serpentinas, maquillaje, sombreros, globos, juguetes de plástico… pero ¿te has puesto a pensar cuántos de estos productos terminarán en la basura al día siguiente y qué consecuencias puede traer esto al medio ambiente?

En estas fechas vale la pena reflexionar sobre nuestra forma de celebrar a la patria, qué consecuencias ambientales tiene y qué dice de nosotros, pues a veces, en nuestro deseo de festejar, pasamos por alto aquellas acciones que perjudican al ambiente, como el uso de desechables. A pesar de que desde el 2021 está prohibido en la ciudad la venta, distribución y entrega de productos plásticos de un solo uso, hay quienes continúan usando estos productos porque son económicos y les evitan la fatiga de lavar, sin embargo, la contaminación que producen no es barata para el planeta ni para nuestra salud, ya que la contaminación por plásticos ha llegado hasta nuestros estómagos. Por eso, algo tan simple como usar tu vajilla puede disminuir éste problema. Y si no tienes otro remedio que usar desechables, asegúrate de que sean compostables

Para celebrar las fiestas patrias con plena alegría ambiental, aquí hay algunas  recomendaciones:

  • ¿Vas a comprar comida preparada?, lleva previamente tus contenedores, para evitar el uso de desechables.
  • Si tu plan es quedarte en casa con la familia, ¿qué tal cocinar entre todos y así comenzar con la convivencia desde los preparativos?
  • Para beber, ¿qué tal preparar aguas frescas de jamaica o de limón con chía en lugar de comprar bebidas embotelladas? En todo caso, opta por las bebidas retornables.
  • Si te sobra comida, un gran gesto sería compartirla con los que menos tienen.
  • Las pelucas, el maquillaje, las matracas y las cornetas sirven para el siguiente año, ¡no los tires! 
  • No compres productos excesivamente empacados y elige lo hecho en México. 
  • Usa papel picado como decoración: este producto artesanal es ya parte tradicional de las festividades de independencia, por lo que no es raro encontrar diseños con letras que dicen “¡Viva México!”. Eso sí, procura cuidar tus decoraciones para poder utilizarlas en más de una ocasión.
  • Prefiere las lámparas de papel: esta forma de decoración ilumina de manera colorida, por lo que ayuda a crear un ambiente alegre y artesanal. Además, puedes guardarlas y usar en muchas ocasiones distintas. 
  • Artesanías, alebrijes, figuras de barro: ¿Qué mejor momento para hacer un despliegue de las figurillas que coleccionan las familias que la celebración de la mexicanidad? No subestimes el impacto que los objetos pequeños pueden tener en un espacio. 
  • Tejidos típicos: manteles, caminos de mesas y tapices con tejidos de las comunidades originarias, le añaden color y variedad al espacio en el que estés. 
  • Juguetes o instrumentos musicales artesanales.

Además de esto, no hay que olvidar que la música, los bailes y la comida son los puntos centrales de las fiestas. Y mientras estás con tu familia o amistades celebrando, canta a todo pulmón canciones que les hagan sentir unidas/os. Hay muchas maneras de expresar nuestra alegría y festejar con las personas que queremos. Recuerda que tú tienes el poder de decidir. 

¡Que siga la fiesta! Arma tu noche mexicana, hazla ambientalmente responsable, sácale una foto y compártela en nuestra página de Facebook EducacionAmbientalCDMX ¡Viva México! ¡Viva la naturaleza! ¡Viva la ciudadanía responsable que cuida el ambiente de la ciudad!

¿Realmente existe la fauna nociva?

04 Septiembre 2023 Salud y medio ambiente 1224
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¿En qué piensas cuando escuchas las palabras “fauna nociva”? Quizás lleguen a tu mente animales como las moscas, cucarachas o incluso las ratas, sin embargo, ¿sabes por qué se consideran “nocivos”? o ¿por qué se origina una relación conflictiva entre las personas y algunas especies de animales?

 

Popularmente, se le conoce como fauna nociva a todos aquellos organismos que conviven de manera conflictiva con los intereses del ser humano, resultando en problemáticas directas o indirectas para  nuestras actividades diarias, ya sea amenazando o poniendo en riesgo nuestra salud a causa de la transmisión de enfermedades o bien creciendo desmedidamente y sin control alguno, ocasionando sobrepoblación y daños a nuestros estilos de vida, aunque también pueden presentarse en zonas donde se practica la agricultura ocasionando pérdidas en las cosechas, lo que impacta directamente en nuestra economía y alimentación.

 

Este tipo de fauna ha surgido con la urbanización, la agricultura y, en general, con todo tipo de actividades humanas que alteran los espacios naturales, como son la deforestación, construcción de presas, las guerras, la sobrepoblación humana y la globalización, en general. Los animales más comunes que pueden clasificarse como fauna nociva son perros y gatos ferales, ratas y ratones, cucarachas, moscas, mosquitos, palomas domésticas, alacranes, hormigas, avispas, murciélagos, entre otros.

 

Sin embargo, en nuestra ciudad existe una diversidad de especies de animales silvestres que van desde los cacomixtles (Bassariscus astutus), tlacuaches (Didelphis virginiana), el pato mexicano (Anas diazi), ajolote de xochimilco (Ambystoma mexicanum) y el ajolote de montaña (Ambystoma altamirani), el teporingo (Romerolagus diazi), especies de aves migratorias como la calandria de flancos negros (Icterus abeillei), el colibrí pico ancho (Cynanthus latirostris), todos ellos también podrían causarnos daño, o nosotras/os a ellos, si tenemos algún tipo de contacto directo con ellos o sus desechos sin una protección adecuada.

 

¿Entonces toda la fauna es nociva? En términos estrictos no, ya que en la naturaleza no existe la nocividad. Sin embargo, como ya lo mencionamos, considerar a una especie como conflictiva en realidad tiene que ver con cómo nos relacionamos las personas con estas formas de vida, pues la existencia de virus, bacterias y agentes causales de enfermedades también es natural, lo que no es natural es que tengamos un contacto más directo con estas especies a causa de que sean desplazadas de sus hogares por la depredación y pérdida de su hábitat.

 

La fauna nociva, o en conflicto con el humano, se desarrolla principalmente gracias a nuestros hábitos, pues con nuestros desechos generamos las condiciones idóneas para que algunos animales se establezcan y se reproduzcan, pues muchos de ellos solo siguen hábitos o instintos carroñeros para alimentarse de los desperdicios que producimos las personas que, al final del día, atraen a dicha fauna y es ahí donde inicia el problema. 

 

Entonces esta fauna en conflicto con las personas, es el resultado de: 

 

 

1.un mal manejo de  nuestros residuos, ya sea al no separarlos o no disponerlos de manera adecuada; 

 

2.una tutela irresponsable de animales de compañía, pues al no recoger las heces de los animales de compañía ni brindarles una salud adecuada, ellos podrían ser los transmisores de enfermedades;

 

3.alimentar a fauna silvestre, que favorece su reproducción y supervivencia. 

 

Cuando una población de fauna aumenta, también crece la posibilidad de contacto directo o indirecto, y los riesgos de contraer enfermedades se vuelven mayores, por ejemplo, se ha comprobado la existencia de al menos 53 diferentes agentes patógenos y vectores zoonóticos (transmisibles al ser humano) en las ratas y ratones de ciudad como son Toxoplasma gondii, Leptospira spp, Salmonella spp, y Yersinia pestis, esta última es la bacteria causante de la peste negra que ocasionó miles de muertes humanas en el siglo XIV.

 

El encharcamiento de agua genera las condiciones ideales para la reproducción del mosquito, que son vectores de enfermedades como la leishmaniasis, el dengue, el paludismo, la enfermedad de Chagas, la malaria o Lyme que en su conjunto han causado un gran número de defunciones a nivel mundial.     

 

Asimismo, la posesión ilegal de fauna silvestre pone en riesgo tanto el ecosistema de donde se extrae la especie, como la vida de quienes conviven con ella, pues generalmente no se tienen las condiciones de protección e higiene necesarias para prevenir el contagio de algún agente patógeno que viva naturalmente en el cuerpo del espécimen en cuestión.

 

Afortunadamente, la solución se encuentra en la prevención. En la medida en que nos volvamos más responsables de nuestros residuos, reduzcamos o eliminemos la deforestación, la captura de fauna silvestre y evitemos el desplazamiento de la fauna al respetar las áreas naturales y sus recursos, lograremos crear un impacto positivo hacia la naturaleza que nos rodea, pues lo que normalmente clasificamos como una “plaga o invasión de animales” no es más que una especie más en este mundo intentando obtener lo más básico y elemental en la vida: alimento, hogar y seguridad. 

 

Reflexiona, agradece y ayuda a la naturaleza a mantener el equilibrio para que todos los seres que habitamos este planeta gocemos de todo lo necesario para vivir bien y convivir sanamente.

 

 

 1-Cruz-Reyes, A. 2009. Fauna feral, fauna nociva y zoonosis. Instituto de Biología, UNAM.

2-  López-Pérez; Mendizabal. ¿Fauna nociva o coexistencia fallida? Blog INECOL: La ciencia hoy.

3- Norma Oficial Mexicana NOM-032-SSA2-2010, Para la vigilancia epidemiológica, prevención y control de las enfermedades transmitidas por vector.

 

¿Sabes qué hacer con los residuos peligrosos que generamos en casa?

14 Agosto 2023 Separación de residuos 3213
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¿Sabes qué hacer con los residuos peligrosos que generamos en casa?

 

  • ¿Cuántos residuos peligrosos generas en casa y con qué frecuencia?, conocer sobre los residuos peligrosos domésticos nos ayuda a ser más responsables con el medio ambiente, nuestra familia y también con los trabajadores de limpia que hacen la recolección y el  manejo de los residuos de nuestras casas.

 

En la casa, en el taller, la oficina y casi en cualquier parte, las personas generamos residuos peligrosos. Si no me crees, piensa en todas las cajas de medicinas caducas que guardas, envases en aerosol, focos ahorradores, los envases con sobrantes de productos de limpieza como la sosa cáustica, el destapacaños o el thinner. ¡Así es! Todos ellos son ejemplos de residuos peligrosos que generamos ocasionalmente, contienen materiales que al desecharse liberan sustancias tóxicas y nocivas para los organismos vivos del ambiente como animales, plantas y, por supuesto, seres humanos. 

 

Por eso, es pertinente separar los residuos peligrosos del resto de nuestra basura doméstica para promover su correcto tratamiento, así evitamos tanto la contaminación ambiental como el daño a la salud del personal de limpia de la ciudad. Para que puedas identificarlos fácilmente te compartimos las características de un residuo peligroso, basadas en la Norma Oficial Mexicana NOM-052-2005 que establece las características, el procedimiento de clasificación y los listados de los residuos peligrosos. 

 

  • Corrosivo: degrada y carcome materiales orgánicos e incluso metales al contacto. La sosa cáustica, limpiadores de metal, destapa caños y removedores químicos de pintura, son algunos ejemplos.
  • Reactivo: cuando ante la exposición al calor, aire o compresión, provoca una reacción brusca de cambio de temperatura, volumen o composición. Latas de aerosol, tanques de combustibles o cinescopios de televisión al alto vacío, son ejemplos de estos residuos.  
  • Explosiva: es aquella sustancia que por alguna causa externa (roce, calor, percusión, etc.) se transforma en gases; liberando calor o  presión en un tiempo muy breve. Envases con restos de gasolina, pegamentos, solventes, pirotécnia y pinturas en general. 
  • Tóxica: aquella sustancia que intoxica o produce efectos nocivos al ser consumida. Además de los  solventes y combustibles; cualquier medicina o empaque de medicamento, sin importar su presentación, por lo tanto es residuo tóxico cualquier sobrante de  pastilla, gota, jarabe, cápsula o inyecciones.
  • Inflamable: cuando los gases y la sustancia que contiene genera fácilmente fuego por fricción, chispa y cambios repentinos. Combustibles, aceites de motor, aditivos de gasolina, solventes como thinner y aguarrás, pegamentos y pinturas. 
  • Biológico Infeccioso: que llevan restos biológicos provenientes del tratamiento o curación de algún tema de salud, por ejemplo gasas de curación, sondas, bolsas de colostomía, tapabocas de personas infectadas, material de curación.

 

Por sus siglas en conjunto, a estos factores se les conoce como CRETIB.

 

Otra recomendación para identificar un residuo peligroso consiste en observar y leer la etiqueta del envase o producto; por lo regular puede tener alguno de los siguientes símbolos, los cuales significan peligrosidad. 

 

Seguro te preguntarás, ¿entonces qué hago con algunos de los residuos peligrosos que generó en casa? Las alternativas para desecharlos correctamente son:



Residuo

Tipo de peligrosidad

Forma de empacarlo

Forma de desecharlo

Información adicional

Cubrebocas, vendas, algodones o algún material de curación

Biológico infecciosos

Se depositarán en una bolsa roja

Entregar de manera separada al camión recolector.

 

Jeringas y agujas

 

Retirar aguja junto con capuchón para depositarlo en frasco transparente. 


El émbolo o cuerpo dentro de bolsa o envase transparente con etiqueta que especifique contenido

Llevarlo a clínica o centro de salud de gobierno



Entregar al camión recolector. 

https://sersalud.cdmx.gob.mx/portalut/archivo/Art121FVIII/Directorio-Hospitales-y-Centros-Salud.pdf 

Medicinas en general y sus envases:pastillas, cápsulas, pomadas, jarabes y gotas 

Tóxico

Conservarlos en caja, envase, frasco o envoltura original

Llevarlos a contenedores SINGREM ubicados en las principales farmacias y tiendas de autoservicio

https://www.singrem.org.mx/dondeEstamos.php

Pilas de mercurio, plata, níquel cadmio o en general

Tóxico 


corrosivo

Acopiar en recipiente de plástico hdpe

Depositar en columnas publicitarias IMU o llevar a jornadas del Reciclatrón

https://imu.com.mx/services/imurecicla/

Focos ahorradores

Tóxico

Conservarlos en caja o envoltura original de focos o en caja de cartón con letrero que especifique contenido “focos”

Contratar empresa de haga manejo de residuos peligrosos o entregar al camión recolector

https://www.quimica.es/empresas/17373/qumica-wimer-s-a-de-c-v.html

Vidrios, pedaceria de loza, navajas y material punzocortante

 

Depositarlo en bolsa resistente con etiqueta que especifique contenido “Vidrios”

Entregar al camión recolector. 

 

Aceites y lubricantes

Tóxico, inflamable

Vertir en botella original  o en otra con etiqueta que especifique contenido “Aceite auto””

Entregar al camión recolector.

 

Latas y cubetas de pintura

Tóxico

 inflamable, 

Depositarlo en bolsa con etiqueta que especifique contenido “Pintura””

Entregar al camión recolector o preguntar en la tienda donde se adquirió el producto

 

Venenos e insecticida

Tóxico

Depositarlo en bolsa con etiqueta que especifique contenido “Veneno/Insecticida”

Entregar al camión recolector.

 

Envases con contenido a alta presión en aerosol

Reactivo, Explosivo

Depositarlo en bolsa con etiqueta que especifique contenido “envase a presión”

Entregar al camión recolector.

 

 

En general, la Norma Ambiental para el manejo y tratamiento de los residuos NADF-024- AMBT-2013 en la Ciudad de México nos dice que es posible entregar cualquier tipo de residuo peligroso de origen doméstico a los camiones recolectores de basura de las alcaldías, siempre y cuando esté en un recipiente adecuado y contenga una etiqueta que especifique el contenido; sin embargo para oficinas, talleres y centros de servicio, es necesario contactar con empresas que hagan recolección de este tipo de residuos; esto puede generar un costo, dependerá de la cantidad, tipo de residuo y proveedor del servicio; en todo caso se sugiere consultar el directorio de empresas autorizadas por SEMARNAT que hacen manejo y disposición de los residuos peligrosos.   

 

¿Cuántos residuos peligrosos generas en casa y con qué frecuencia?, conocer sobre los residuos peligrosos domésticos nos ayuda a ser más responsables con el medio ambiente, nuestra familia y también con los trabajadores de limpia que hacen la recolección y el  manejo de los residuos de nuestras casas.

 

Por nuestra salud, la del ambiente y por nuestra ciudad, ¡haz tu parte! y separa tus residuos para que puedan aprovecharse, disponerse de manera adecuada y no contaminen.



 

 

Fuentes consultadas: 

 

2015- Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México. Norma Ambiental NADF 024- AMBT 2013  que establece los criterios y especificaciones técnicas bajo los cuales se deberá realizar la separación, clasificación, recolección selectiva y almacenamiento de los residuos.Gaceta Oficial del Distrito Federal. 8 de julio de 2015.  http://data.sedema.cdmx.gob.mx/nadf24/images/infografias/NADF-024-AMBT-2013.pdf 

 

2021. Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Empresas autorizadas para el manejo de residuos peligrosos. Ciudad de México. https://www.gob.mx/semarnat/documentos/empresas-autorizadas-para-el-manejo-de-residuos-peligrosos   


2005. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Norma Oficial Mexicana NOM-052-2005 que establece las características, el procedimiento de clasificación y los listados de los residuos peligrosos. Ciudad de México. Diario Oficial de la Federación, 23 de junio de 2006.  https://www.dof.gob.mx/normasOficiales/1055/SEMARNA/SEMARNA.htm 

Modificado por última vez en Lunes, 14 Agosto 2023 18:42
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