Conoce a ...

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Soy alegría


Seguro me has visto en dulcerías tradicionales, ¡claro! Soy la alegría en la canasta de dulces mexicanos, aunque también soy ingrediente de algunas harinas en botanas, tamales, galletas, atoles y hasta en curados de pulque. Soy más que un cereal, pues mis hojas también son verdura e ingrediente de platos de origen prehispánico y algunos de reciente diseño. 

Me llamo amaranto, crezco como un arbusto mediano de hojas verdes ovaladas. Después de mi floración, luzco una bella melena larga, conformada de distintas espigas llenas de pequeñas semillas. En México, mi consumo más generalizado es a través del dulce de la alegría, una palanqueta de granos tostados endulzados con miel, con un toque de pasas, nueces y cacahuates. Sin embargo, y desde siempre, los pueblos indígenas han consumido mis hojas, a las cuales llaman “quintoniles” o “quelites”. La carne de cerdo con quelites o los quintoniles al vapor, son de las recetas que más recuerdos evocan y conforman una tradición gastronómica en muchas cocinas familiares.  

Debido a mi alto valor proteico, la FAO y otras instituciones me han declarado como el mejor alimento de origen vegetal del mundo y estoy incluido en las dietas de los astronautas de la NASA, así como en la de los atletas de alto rendimiento. No obstante, y de eso estoy orgulloso, desde tiempos prehispánicos he sido parte de la milpa familiar, fui uno de los nutrientes más importante para los habitantes de los antiguos pueblos mesoamericanos. (M.T.A: 2018)

En la actualidad mi cultivo continúa, es una fuente importante de ingresos para alcaldías como Xochimilco y Tláhuac; sin embargo, debido al alto consumo y demanda, la ciudad importa la producción de estados vecinos como Puebla, Tlaxcala y Morelos. A nivel mundial China encabeza a los países con mayor producción, seguida por India, Perú, y en el cuarto lugar se sitúa México.

En la Ciudad de México mi cultivo es “de temporal”, esto significa que no se ocupan sistemas de riego y se aprovecha la temporada de lluvias para mi crecimiento. El proceso comienza en febrero para germinar semillas, mientras que en marzo se hace el trasplante de las pequeñas plántulas a los campos de cultivo. Mi cosecha estará lista para finales del otoño y formará parte de muchas palanquetas, pepitorias, calaveras y muchos dulces tradicionales más durante el día de muertos y el resto del año.   

Como alimento, adicional a la presentación en palanqueta, mi uso es cada vez más frecuente como sustituto de harinas de trigo, maíz y arroz. Me emplean para cualquier tipo de pan. Desafortunadamente el consumo de mis hojas o quintoniles cada vez es menor y está subutilizado, esto ocasiona una gran pérdida para la nutrición en un país donde la cuarta parte de la población vive en pobreza alimentaria, y la octava parte padece desnutrición crónica. Adicionalmente los estudios de FAO reportan que no contengo gluten y soy benéfico para enfermedades cardiovasculares, así como para la anemia. (FAO, 2021)

Te invito a degustar el amaranto de una forma más creativa al consumirlo como grano y como verdura, con ello, aprovechas todos nuestros nutrientes, además apoyas a los productores y sus cultivos tradicionales en la Ciudad de México. 




  

MTA, 2020 : www.mexicotierradeamaranto.org/porque.html, consulta en mayo de 2021
FAO, 2021: www.fao.org/traditional-crops/amaranth/es/ consulta en mayo de 2021
Mapes Sánchez Cristina, Francisco A. Basurto Peña,
” Los quintoniles. Un recurso alimenticio milenario”
Arqueología Mexicana, 138. pp 34 - 39







 

 

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