Las especies silvestres forman parte de un ecosistema equilibrado que llevó millones de años establecerse. La extracción ilegal de flora y fauna de su medio silvestre afecta negativamente las poblaciones y perturba ese equilibrio. Por ello, nunca compres animales silvestres que provienen del comercio ilegal, ni extraigas plantas o animales de las áreas naturales, pues afectas a las poblaciones y a los ecosistemas; además, es difícil que logren sobrevivir fuera de su ambiente natural.

Nunca liberes animales silvestres, así como tampoco o plantas de otros sitios de origen. Pueden ser especies exóticas y existe el riesgo de que se conviertan en invasoras, desplazando a las especies nativas y perjudicando a los ecosistemas. Tampoco abandones a perros ni gatos. Sé un dueño responsable y cuídalos adecuadamente.

Los pequeños productores poseen saberes ancestrales sobre el cuidado del suelo y la biodiversidad ya que guardan una relación estrecha con la tierra, viven de ella y para ella. Por eso, cuando compramos alimentos cultivados en la Ciudad de México fortalecemos la cadena productiva, la generación de empleos y la economía de pequeños productores.